¿Cómo Era Vivir En Un Castillo Medieval?
Durante la época medieval en Europa, los castillos eran las estructuras fortificadas más fuertes que protegían a los miembros de la realeza y a los nobles. Con algunos de éstos aún en pie en la actualidad, estas estructuras formaban parte de la estructura de defensa para hacer de guardianes y controlar las tierras de su alrededor.
Mientras que muchas personas han visto estos castillos en las películas o han leído sobre éstos en las novelas, pocos realmente conocen lo que era vivir en uno. Sigue leyendo para para entender cómo era vivir en un castillo medieval, que seguramente era mejor que vivir en una choza de campesino, pero no era todo como lo puedes imaginar.
Los Castillos Estaban Llenos De Personas
Cuando la mayoría de las personas piensan en los castillos, se refleja la imagen de un rey o un líder. Sin embargo, estos lugares estaban repletos de personas, cientos de ellos vivían entre esas paredes.
No sólo que el gobernante del castillo solía vivir dentro con toda su extensa familia, sino que también este lugar debía ser tripulado por soldados y mantenido por innumerables sirvientes. Básicamente, un castillo era como un pequeño pueblo. Sin mencionar que algunos gobernantes del castillo solían tener invitados que llevaban consigo ya otras personas.
No Querrías Acabar En El Calabozo
Los castillos disponían de salones de banquetes, recámaras, salas del trono y cocinas, pero también presentaban calabozos. Éstos servían como prisión dentro del castillo para aquellos que cometieran crímenes en contra del gobernante, y eran allí aprisionados.
Los calabozos se ubicaban usualmente en las profundidades del castillo, y las condiciones de estas zonas eran deplorables. Más aún, si no te estabas pudiendo en una celda, los calabozos solían tener habitaciones de tortura en donde quienes eran menos afortunados eran llevados si los gobernantes lo creían necesario.
Las Ratas Formaban Parte De La Normalidad
Debido a que los castillos eran ambientes muy turbios, oscuros y húmedos, eran el lugar perfecto para que las ratas y otras alimañas la tomen como hogar. A pesar que en la actualidad, podrás encontrar alguna rata en tu hogar y tomarlo como un hecho horroroso, era una cuestión normal en la época medieval.
Empero, eso no significaba que las personas que vivían allí no le tuvieran miedo. No sólo que sí le tenían miedo cuando se les aparecían como muchos en la actualidad, sino que también sabían que trasladaban enfermedades rampantes durante esa Era.
No Era Un Gran Lugar Para Dormir
Como no se contaba con electricidad, el fuego era la única fuente de luz, lo cual significaba que los días eran el mejor período para ser productivos. Debido a ello, todos necesitaban aprovechar toda la cantidad de luz solar que hubiera, lo que significaba despertarse bien temprano.
A causa de que la mayoría de los castillos disponían de pequeñas ventanas, el trabajo dentro de la estructura comenzaba al amanecer, y sucedía de igual manera con las tareas externas. La mayoría de los individuos se levantaban antes del amanecer, e incluso prendían fogatas para cocinar comida y prepararse para el día.
¡Mejor Estar Abrigados!
Si bien los castillos protegían a aquellas personas que vivían dentro, para nada significaba que era un lugar cálido. Estas estructuras estaban construidas con piedra con el propósito de mantener a los enemigos fuera, no necesariamente para ser más cómodos.
Con las piedras generando que no se insolen las personas de dentro, los castillos mantenían el frío dentro, lo cual era especialmente problemático en un región que es conocida por ser fría y húmeda. Sumado a ello, las ventanas eran tan pequeñas que sólo permitían un mínimo de luz solar dentro, y para aquellos que se ubicaban sólo en ciertas zonas del castillo. Algunas de las habitaciones del castillo no tenían ventanas y eran similares a una hielera.
Despídete De La Privacidad
A pesar que los castillos pueden lucir como una fortaleza impenetrable por fuera, por dentro se exhibía una planta abierta y en la cual había poco espacio para la privacidad que contamos en la actualidad.
Mientras que el líder del castillo y su mujer disponían de recámaras más privadas para ellos, la mayoría de los sirvientes y otras personas dentro de las paredes eran forzados a desarrollar sus días y noches rodeados entre sí. Existían habitaciones en donde se compartían las camas, baños, salones de comidas y más. Esencialmente no tenías escapatoria a la interacción humana.
Tener Invitados No Era Una Tarea Sencilla
Si pensabas en tener una fiesta de cena o albergar el Día de Acción de Gracias en tu castillo, no podrías siquiera imaginarte lo que sería dar un banquete como tal, o cualquier otra reunión en el castillo. Desafortunadamente para los sirvientes, las grandes y extravagantes reuniones con comidas eran la norma, y llevaba más trabajo de lo que todos piensan.
Se debían de preparar numerosos cursos para prepararlo todo sin las lujosas tecnologías de la modernidad, y esperaban que todo lo realizado esté al nivel de la nobleza y los presentes. Eso significaba que la comida debía ser cosechada, procesada, preparada y servida a tiempo exacto. ¡Sin olvidarte de lavar los platos luego!
No Había Escasez De Alcohol
Las bebidas alcohólicas como cerveza, vino e hidromiel eran los tragos preferidos durante el período medieval. Al igual que en la actualidad, aquellas personas que producían el mejor alcohol, se ganaban de una estima superior.
Sin embargo, era notorio que las clases más bajas bebían en su gran mayoría cerveza, porque era más seguro que beber el agua disponible. Si bien la realeza podía tener acceso a casi todo lo que quisieran en aquellos tiempos, las clases más bajas debían tomar lo que pudieran.
Existía Una Jerarquía
Dentro del castillo, existía un salón de banquetes en donde muchos de los habitantes del castillo comían. Sin embargo, al igual que sucede en la secundaria actualmente, existía una estructura en la cual las personas comían. En la época medieval, las personas se sentaban en los salones dependiendo su nivel de importancia.
Quien gobernaba y su mujer se sentaba en la cabecera de la mesa, y sus alimentos eran servidos en primer lugar -y también eran los de mejor calidad-. Luego, se sentaban a la mesa de acuerdo a su posicionamiento hasta el de menor jerarquía. A pesar de ello, las últimas personas en ser servidas todavía eran tratadas mejor que los siervos que vivían en los campos.
Los Pisos No Eran Placenteros
Mantener limpio todo un castillo era lo suficientemente complicado sin tener que encargarse de los pisos. Con tantas personas transitando en el día a día, llevando la suciedad de la tierra de fuera, era casi imposible.
El piso generalmente estaba revestido con juncos y hierbas frescas para ayudar a absorber todo lo que se arrastraba desde el exterior. Cuando se retiraban las cañas, paja u otro material, los pisos debían limpiarse a fondo antes de volver a revestirlos.
Las Fogatas En La Cocina No Eran Extrañas
En los tiempos medievales, las cocinas estaban primordialmente construidas de madera. Con tantas fogatas prendiéndose constantemente, no era para nada extraño que se iniciaran incendios.
Eso llevaba usualmente a incendios de gran escala que acababan quemando toda la cocina. Por fortuna, como los castillos estaban construidos de piedra, la cocina era lo único que resultaba dañado por el fuego. Eventualmente, las cocinas también fueron construidas de piedra, con fogones para mantener las llamas bajo control.
Ir Al Baño No Era Una Experiencia Placentera
A pesar de que en la actualidad, algunos de nosotros disfrutamos del lujo de hacer nuestras necesidades en un espacio privado y con agua corriente, ese no era el caso en la era medieval. Por aquellos años, ir al baño significaba sentarse en un banco largo de madera con un hueco en él.
Similar a los elementos Porta-Potty de la actualidad para que los niños aprendan, los desechos se dirigían a la alcantarilla, la cual luego sería vaciada en un foso del castillo -si es que había uno-. Como si no fuese lo suficientemente malo, no había paredes, por lo que las personas tenían que hacerlo en plena vista de otros.
Los Castillos Olían Increíblemente Feo
Debido a la falta de existencia de fontanería y falta de higiene general, los castillos no eran los lugares más saludables o que olían bien. A pesar que habían sirvientes a la entera disposición de los señores y damas del castillo, eso no significaba que pudieran mantener el castillo impecable.
Con poca agua fresca rondando por el lugar, los castillos no estaban limpios a la higiene base actual que tienen las personas. Debido a ello, las enfermedades eran cuestión rampante en los confines de un castillo, y el hedor era horrible.
Era Una Obligación Ir a La Iglesia
Además de todo lo que proveían los castillos, uno de los aspectos esenciales de cualquiera de estas estructuras era una capilla interna. Aunque ésta estaba típicamente reservada para el líder y su familia para que pudieran ir en masa.
En algunos casos, la capilla era la única habitación además del salón principal que sería muy distinguible del resto del castillo. A pesar de que algunas personas atienden a servicios religiosos en la actualidad, en aquel entonces era un lugar tan común que las personas ni siquiera tenían que abandonar sus casas.
A Excepción Del Líder y De Su Señora, EL Resto De Las Personas Estaban Allí Para Servir
Mantener un castillo requería de mucho trabajo, lo cual es la razón por la cual muchas personas vivían al mismo tiempo dentro. Sin embargo, las tareas estaban claramente divididas. La mayoría de las personas estaban dentro de esas paredes para servirle al líder del castillo y a su señora, como también a sus familiares.
Su trabajo era el de mantener cómodos a los de mayor jerarquía además de manejar cualquier tarea diaria que necesitaba desarrollarse. Por otra parte, el gobernante debía lidiar con cuestiones políticas y tomar decisiones que le atenían.
El Líder y Su Mujer Vivían En Un 'Solar'
A pesar que la mayoría de las personas que vivían en el castillo debían permanecer en una zona común, existían ciertos casos en que el líder y su mujer no cumplían con ello.
Si bien no vivían cada segundo de su vida allí, cuando se dirigían a su habitación aparte, residían en una zona del castillo conocida como El Solar. Éste lugar estaba normalmente ubicado en la parte más alta de las torres y era uno de los pocos lugares en que se podía tener privacidad.
Los Líderes Del Castillo Se Alimentaban Como Reyes
A pesar de que los reyes tenían sus propios castillos, los líderes que tenían el suyo propio, también vivían una vida extravagante, especialmente cuando se trataba de la comida. Más veces que las que no, las comidas se servían en una serie de platos, cada uno de los cuales contenía lo que ahora consideraríamos carnes raras como el pavo real, la marsopa y el cisne.
Algunos también ingerían comidas que eran conocidas como "zanjadora", el cual era un pedazo de pan ahuecado que se rellenaba con las carnes servidas. Los nobles comían muy pocas verduras, lo que puede haber provocado innumerables problemas de salud en las familias reales.
Mantenían Los Guardias Que Creyeran Necesarios
Por definición, los castillos no tendrían sentido si no es que tuvieran soldados dentro para que los resguarden. Empero, la cantidad de guardias que tenía una estructura así dependía de la situación.
En un período de paz, quizás una docena de soldados se necesitaban como una luz de defensa para levantar el rastrillo y otras tareas sencillas. Sin embargo, en tiempos de guerra, especialmente de asedio, se obligaría a la mayoría de los soldados a entrar en el castillo para sostener la estructura.
Bañarse Era Una Tarea y Un Espectáculo Abierto
A diferencia de las personas regulares que vivían en las afueras de las paredes del castillo, aquellas personas del castillo se bañaban de manera regular. Empero, eso no significaba que bañarse sea una tarea sencilla.
No sólo que encontrar agua limpia era complicado, sino que los sirvientes usualmente debían calentar el agua y transportar una bañadera de madera hacia la habitación que se le pedía. Eso usualmente llevaba a que las personas se bañaran en la misma bañadera, a plena vista de todos en la misma habitación. No sólo que todo el proceso era antihigiénico, sino que no contaba con privacidad.
Las Escaleras Se Construían En Sentido De Las Agujas Del Reloj
En la mayoría de los castillos medievales, casi todas las escaleras eran construidas en sentido de las agujas del reloj. Empero, esto no era una coincidencia, sino una forma de defensa. La razón por la cual se hacía es que si un enemigo atacaba, aquellos que subían por las escaleras tendrían más dificultad de empuñar sus espadas con su mano derecha, que es como la mayoría de la gente llevaría su arma.
Por otra parte, aquellos que descendieran por la escalera podían defender el castillo con una ventaja en cuanto a la empuñadura de su arma.
¡No Nades En El Foso!
Si bien el objetivo principal de que un foso rodeara el castillo era para protegerlo de posibles ataques, también contribuía en ser el lugar en donde se vertían los desechos. Algunos castillos medievales utilizaban un sistema de cañerías para que derivaran en el foso, conocido como Garderobes.
El sistema de cañerías que se extendía hasta por fuera de las paredes del castillo podía ser abierto para poder vaciar el foso. Por ende, si alguien intentaba cruzar el foso, se entrometerían en mucho más que agua.
Sin Tenedores, La Comida Estaba Contaminada
Si bien las cucharas y los cuchillos ya estaban disponibles para aquel período, no sucedía lo mismo con los tenedores, lo cual llevó a que sea de mucha menos clase comer con las manos. Si bien parecía no ser lo peor, considerando que ingerimos mucha comida con las manos en la actualidad, en aquellos tiempos, las manos estaban mucho más sucias.
Es común que en la actualidad lavemos nuestras manos con agua y jabón, pero no lo era en aquel entonces, con la mayoría de las personas siquiera lavándose las manos tras ir al baño, trabajar con animales o peor. Esto resultó en que muchas personas se enfermaran por comida contaminada.
Las Cirugías Contaban Con Poca o Nula Esterilización
Cierto es que ya se contaban con ciertos estudios de medicina y cirugía en los años de la Edad Media, pero el concepto de bacteria y microorganismos no se conocía, por lo que las cirugías solían acabar con la muerte del paciente.
Si bien la esterilización es una de las cuestiones más importantes en las cirugías de la actualidad, en aquel entonces, los físicos no podían lavar sus manos o sus herramientas previo a una operación. No fue hasta mediados de los 1800 que las personas comenzaron a lavarse las manos tras que el doctor húngaro, Ignaz Semmelweis, descubrió que al lavarse las manos y los instrumentos, disminuía el riesgo de infección.
La Orina Se Utilizaba Para Cuestiones Extrañas
La orina humana se utilizaba para una variedad de funciones en la Edad Media, incluido como un antiséptico para lavar las heridas. Y si bien no era suficiente, y a pesar de que las vestimentas rara vez eran lavadas, cuando se lo hacía, no era extraño que la orina se utilizara como agente detergente.
Para poder quitar las manchas de la ropa, resultaba ordinario que las personas elaboraran una mezcla entre cenizas, lejía, uvas verdes y orina. Considerando que las vestimentas no se lavaban durante mucho tiempo, utilizar orina no ayudaba con el olor.
Muchos Campesinos No Se Afeitaban
Si bien algunos campesinos tenían la oportunidad de lavar su cabello a menudo, afeitarse no se encontraba entre los puntos más importantes de la higiene. En aquel entonces, los espejos estaban elaborados con vidrios ennegrecidos, o metales pulidos, por lo que era complicado afeitarse aunque se contara con las ganas.
Para la mayoría de las personas, la única opción que los hombres tenían era la de dirigirse a un barbero para afeitarse. Sin embargo, para ello se requería de dinero y resultaba en un grupo de hombres afeitándose todos juntos.
Las Camas No Eran Una Zona Limpia
A excepción de que el individuo formara parte de la nobleza, su cama estaba elaborada con paja. Si bien ello parece tener sentido, el problema es que dicha paja rara vez se renovaba. Sumado a ello, allí descansaba una persona que había estado trabajando en el exterior todo el día y que extraña vez se bañaba.
Todo ello provocaba que las camas fuesen la cuna de pulgas y piojos. Sin embargo, algunas medidas de preservación se tomaban como lo era mezclarlas con hierbas y flores.
La Norma Era Utilizar Orinales
Dado que no existían las cañerías y la mayoría de las personas no vivían en un castillo con baños como los conocemos en la actualidad, la mayoría de las personas utilizaban orinales. Estos recipientes estaban colocados debajo de las camas, para que puedan aliviar las necesidades de una persona durante la noche.
Una vez que terminaban de hacer lo que debían, se volvían a colocar debajo de la cama. El hecho de vaciar los orinales no era tampoco de lo más sanitario. No era extraño que las personas arrojaran los contenidos de los orinales por la ventana y hacia el terreno cercano.
Una Cura Particular Para La Calvicie
La calvicie de los hombres no es un fenómeno nuevo, y los hombres han estado conscientes de sus cabezas calvas durante siglos. En la Edad Media, se suponía que existía una cura para la calvicie para aquellos que eran lo suficientemente valientes para probarla.
En un libro médico escrito en el siglo 17, una mezcla de excrementos de pollo o paloma con cenizas y lejía aplicada en la cabeza ayudaba a los hombres calvos. No está claro cuantos hombres desesperados probaron la fórmula, pero seguramente no haya funcionado.
Se Pensaba Que La Sangría Curaba Cualquier Cuestión
Durante el período medieval, un procedimiento médico básico era la sangría, un proceso en el cual cantidades de sangre de una persona era removida de su cuerpo para curar una enfermedad. La sangre era removida al realizar una incisión y dejar que el corriente sanguíneo cayera en un recipiente, o con sanguijuelas que supuestamente "chupaban la sangre contaminada".
Las sanguijuelas eran aplicadas a las personas "enfermas" en alguna parte del cuerpo hasta que éstas engordaban y caían. En ocasiones, las personas realizaban proceso de sangrías en sí mismos hasta que se descubrió que remover la sangre del cuerpo logra lo opuesto a curar una enfermedad.
El Trabajo Menos Sanitario Que Existía
Si bien las personas comunes e incluso los nobles tenían que lidiar con pozos negros, orinales y baños públicos, el rey tenía mucha más suerte. Él contaba con un elemento llamado "El Taburete Cercano Del Rey", el cual era responsable de llevar el inodoro portátil del rey y limpiarlo cuando se había orinado.
Mientras que muchos podrían asumir que esta posición era algo desesperada, era completamente lo opuesto. "El Taburete Cercano del Rey" era uno de los confidentes más cercanos al rey y ocupaba una posición respetuosa que aportaba a grandes cuestiones.
La Verdad De Las Camas Con Dosel
Las camas con dosel pueden ser utilizadas por varias razones, como para tener un lugar más privado o para retener el calor. Sin embargo, cumplían con otro propósito, el de mantener la cama y la persona que descansara allí limpias.
En la Edad Media, las estructuras no contaban con los mismos techos que en la actualidad, por lo cual existían bichos y demás pestes además de desechos de pájaros que podían filtrarse por las rajaduras de las construcciones. Este tipo de camas ayudaban a prevenir que cualquier elemento no deseado cayera en la cama o una persona.
No Había Forma De Deshacerse De Los Piojos
Tanto las personas con poder como los más pobres tenían piojos y no había manera de deshacerse de esos bichos indeseables. Podían ser tan insoportables que los individuos con dinero preferirían afeitarse la cabeza para quitárselos y utilizar una peluca.
Sin embargo, ello era inútil porque las pelucas estaban elaboradas de pelo verdadero, y podría infectarse tan fácil como el cabello natural. En ocasiones, las personas estaban tan infestadas de piojos que no se quitarían su sombrero al comer para que los bichos no cayeran en su alimento.
Las Lluvias No Eran Buenas Para Los Sistemas de Residuos
Si bien las personas vaciaban sus orinales en sus hogares, los caminos estaban atestados de desechos y eran lugar de enfermedades a diario. Empero, cuando llovía, todo era peor.
Los caminos estaban hechos de tierra y el adoquín en donde caía agua provocaba una zanja en medio de la carretera para evitar inundaciones. Sin embargo, con la gente que tiraba la basura donde podía, cuando llovía, esas zanjas residuales se desbordaban transportando la basura y desechos humanos a inundar las calles.
El Río Támesis Era Un Pozo Negro En Sí Mismo
Si bien casi la mayoría de la Europa medieval olía peor que en lo que la actualidad puedes imaginar, pocas zonas eran peores que el Río Támesis de Inglaterra. Esto se debía a que era utilizado como basural natural en donde se vertía de todo.
Uno de sus puentes se volvió tan popular entre los carniceros porque allí se vertía la carne podrida y partes de animales que no se necesitaban, y se llamó "El Puente de los Carniceros", que constantemente estaba cubierto de sangre seca. No fue hasta el año 1369 que se volvió ilegal verter desechos en el río. Pero ese aroma no desapareció.
Las Plagas y Enfermedades Eran Rampantes
Al considerar que las personas en la edad medieval no contaban con conocimientos sobre cómo es que la falta de higiene afectaba la salud de las personas, las plagas y las epidemias eran comunes y devastadoras. Al vivir en la constante inmundicia, la mala preparación de los alimentos y su almacenamiento, entre otras cuestiones, llevaba todo a un estado de enfermedad constante.
Sin embargo, una de las más devastadoras fue la Peste Negra, la cual sacudió Europa entre el año 1347 y 1351, aniquilando a la gran mayoría de la población. Por supuesto que, esta fue sólo una de tantas enfermedades que arrasaron con Europa por la mala higiene, prácticas medicinales falsas y formas de vivir deplorables.
Sé Agradecido Con Tu Dentista
Debido a que los cepillos de dientes modernos no aparecieron hasta el siglo 19, en su gran mayoría, las personas estaban a su propia usanza cuando se trataba de cuidar de su boca y dientes. Lo común en la época medieval era que las personas enjuagaran sus bocas con agua y utilizaran un trapo para limpiar sus dientes, lo cual era una forma básica de limpieza.
También era común en la mayoría de las personas el hecho de mascar una menta y otras hierbas para mejorar su aliento. Sin importar que sea de la realeza o no, los dientes de una persona solían pudrirse, y debían de ser removidos sin utilizar anestesia. Da gracias que no cuentas con problemas dentales serios en aquel entonces, porque habría poco para hacer.
Una Manera Espantosa De Aliviar La Presión
Las personas que vivían en la Edad Media no contaban con conocimientos médicos como en la actualidad, por lo que al referirse a la mente humana, todo era territorio inexplorado. El proceso de trepanación era un modelo quirúrgico que se utilizaba para "curar" a las personas que padecían de enfermedades mentales, migrañas, epilepsia y más.
Ello involucraba hacer un hoyo en el cráneo de la persona para dejar expuesta la materia cerebral, lo cual alivianaba la presión del cerebro y curaba al paciente. No fue sorpresivo que, al dejar expuesto el cerebro a condiciones increíblemente poco salubres del mundo medieval, las personas fallecieran en el proceso.
Los Juncos Se Usaban Como Alfombras
Como ya se ha mencionado, los pisos estaban bastante sucios por entonces. Para limpiar cualquier suciedad, lodo o desechos que podrían haberse trasladado desde el exterior, algunas personas colocaban juncos en el suelo de su hogar. Los juncos son una planta de agua que cuando se seca y se deja en el suelo, actúa como una alfombra que se puede quitar.
Si bien no parece una mala idea, en realidad los juncos no eran cambiados tan a menudo como se pensaría. Ello llevaba a que los pisos estuvieran cubiertos de desechos animales, lodo y demás, lo cual generaba criaturas indeseables ingresaran al castillo.
Bañarse Ni Siquiera Te Lavaba
En aquellos años de Edad Media, tomar un baño era cuestión de ricos, e incluso así, no se hacía tan a menudo como en la actualidad. Sin embargo, si no contabas con el lujo de vivir en un castillo, las chances de que te bañes eran entre pocas y muy pocas, ya que en extrañas ocasiones lo hacías, y si llegaba el caso, no era una experiencia placentera.
Cuando los pobres se bañaban, era una cuestión común, con muchas personas que utilizaban las mismas bañeras y agua. Considerando lo sucios que estaban todos, podrías estar menos sucio si evitabas el baño público.
Las Zonas Públicas Eran MUY Públicas
No obstante, no cualquiera contaba con el privilegio de tener un inodoro en su hogar, existían zonas públicas que se podrían encontrar en las zonas más populares como las ciudades. Por supuesto que, estos baños públicos rara vez contaban con manteamiento y solían ahuyentar a las personas.
Además de que los inodoros eran el lugar perfecto para contraer una enfermedad, tampoco contabas con privacidad. Muchos baños consistían en una habitación por sobre un pozo negro con bancos que tenían agujeros donde la gente hacía sus asuntos.