¿El Colegio Es Positivo? Estas Graciosos Imágenes Prueban Lo Contrario
Los padres de la actualidad ya son una camada mucho más grande que han comenzado a aborrecer el ir a la escuela. Las anteriores generaciones, quizás la de tus abuelos, tenían como mandato principal el ir a la escuela porque era un paso inevitable hacia la madurez.
La escuela en la actualidad es un paso fundamental en la solidez del ser humano y vital para la crianza a futuro. A pesar de esto los padres con niños jóvenes ya comprenden el rechazo que sus propios hijos sienten porque ellos mismos lo sintieron. Por ende, estas fabulosas imágenes de sus hijos dejan al descubierto que quizás el colegio... no sea tan divertido para ellos...
¿¡En dónde estuvo!?
Más que en el colegio cosechando conocimientos, parece que esta niña que había salido de su casa temprano por la mañana y con una imagen notoriamente descansada e impecable ha ido a trabajar a una mina de carbón o en el mismísimo transatlántico Titanic.
Ella es Lucile, una niña de 5 años en Escocia cuya imagen se volvió viral luego de que su madre la retratara tras su primer día de escuela en el East Renfrewshire y así fue como regresó.
Al cabo de un día quedó traumatizado...
La esperanza se reflejaba en el rostro de este pequeño niño que iba a atravesar su primer día de clases. Toda la ilusión de enfrentarse a un mundo nuevo pero con todo el positivismo posible que podía juntar con su escasa edad pero...
Dicen que las caídas más duras son cuando más esperanzas tenías y sin dudas, el rostro de este jovencito exhibe que sus expectativas no han sido satisfechas.
¡Por fin acabó el día!
La expresión de la niña de cabellos de oro parece ser la de todos nosotros cuando un extenuante día de trabajo termina, la de tranquilidad y alivio. Toda desalineada, esta niña no puede creer que recién haya sido su primer día de escuela.
Nos la imaginamos en el camino de vuelta a casa en el micro contando la cantidad de días que faltan para acabar el año, cuando todo apenas había comenzado.
¡No podría estar más deprimido!
Similar al primer caso, Lucile de 5 años, parece que fue al mismo colegio que este niño. El padre seguro le avisó que lo iría a buscar en el mismo lugar en que lo dejó, el estacionamiento, pero no podría haberse imaginado tal cambio de actitud desde el principio al final de la jornada.
¿Habrá cursado alguna materia que aborrecía en aquel día? Siempre existirán ciertos conceptos que le gustarán menos que otros.
El peor berrinche que existe
Los niños tienen un elemento que los adultos no. Ellos pueden causar un berrinche tan grande que hasta cualquier adulto podría ceder y cumplirle el capricho con tal que deje de llorar o de comportarse de una manera tan de su edad.
Nos preguntamos como habrán hecho los padres de esta niña para lograr que finalmente se ponga de pie y camine directo hacia su escuela. ¡Podrían compartir su secreto!
Antes y después
En una misma imagen se puede congeniar lo que dos niños de casi la misma edad esperan en su primer día de clases. La niña en primer plano está llena de entusiasmo, lista para conocer a sus nuevas compañeras y pensando en qué juegos implementar.
En el fondo, el niño de la imagen parece saber ya lo que le espera, quizás empujones en el horario de recreo y materias que ni le interesan. ¿Cuál eres tu?
¿En qué estará pensando?
Vamos a hacer un esfuerzo y pensar qué podrán haberle dicho durante su primer día de clase a esta niña que puede llegar a tener una ascendencia asiática en su familia. Ella parece traumada por el día que vivió.
La fotografía que su familiar le tomó no podría ser más expresiva, simplemente pensando en todo lo transcurrido durante la jornada, repasando la cantidad de tarea, colores y números que deberá estudiar.
La diferencia del primer al segundo día
Es la misma niña, en el mismo lugar, la salida de su hogar, hasta se puede ver en ambos reflejos a sus padres tomarle la fotografía en dos días consecutivos, pero es innegable la esperanza que se esfumó de su rostro.
Durante el primer día, ella no sabía lo que le esperaba en el colegio, pero sólo le tomó una jornada para comenzar a odiar un proceso que durará años.
Demasiado temprano
En muchos países se ha puesto en tela de discusión la inusual hora en la cual se debe dejar a los niños en algunas de las escuelas de la nación. En aquellos lugares donde ronda las 7 de la mañana se ha discutido para postergarlo.
El horario en el que entran tienen una explicación y es para que a posterior de que ingresen en la institución, sus padres tengan el tiempo de dirigirse a su trabajo sin llegar tarde. ¡Pero vaya que sí los niños sufren los horarios que hasta se quedan dormidos!
¡La escuela es como una cárcel!
Así es como pueden ver los niños a la escuela cuando son chicos, como una cárcel, tan sólo mira esos barrotes con enrejado por detrás de la segunda imagen. Encima dentro, la obligan a prestar atención, a estudiar, a contestar preguntas.
Podemos entender la felicidad de los niños cuando no tienen que dirigirse a la escuela, en casa pueden ver televisión, comer y compartir con sus familiares... el rédito de ir a la escuela lo entenderán mucho más tarde, y lo agradecerán de por vida...
Otra víctima de los horarios tempraneros...
Este niño necesita un par de horas más para que su cerebro comience a funcionar, por ello vio tan cómodo el suelo de su aula que simplemente decidió probar si ésta era tan suave como se veía.
A él ni siquiera le interesa ver en qué están trabajando sus compañeras, sólo quiere imaginarse estar en su habitación, en su cama y lejos de la escuela. ¡Ya faltan un par de horas menos!
¿Dónde está mi hija?
Creemos que el adulto a cargo de esta niña se habrá hecho esta pregunta: "¿Dónde está mi hija?" cuando recorrió toda la casa y lo único que pudo ver cerca de la puerta es ropa y una mochila rosa por encima de las prendas.
Puede ser un buen camuflaje para esta niña pero sólo durará algunos minutos hasta que su padre se de cuenta. Ella es otra de las que hacen berrinches y alboroto con tal de dar lo mejor para no ir a estudiar.
Cuando los niños odian a sus padres...
Los niños no mienten, ellos no saben ocultar sus sentimientos cuando no están a gusto. Así como se los veía muy entusiasmados por su primer día de clase en la fotografía superior, ellos no pueden creer la traición de sus padres al vivir un día para nada positivo en la escuela como lo reflejan en la imagen inferior.
A pesar que sus padres hayan intentado aplacar tanta tristeza al llevarlos a comer a un restaurante, nada los hará cambiar de opinión sobre la educación.
De listo, a piso
Esperemos que este niño no haya sido encontrado así por sus padres, sí, tirado en el cemento de una acera replanteándose su futuro y descartando las opciones que lo llevarían nuevamente a la escuela en un futuro.
Fue un día tan malo en la escuela para él que hasta perdió sus zapatillas rojas que le hacían juego con su pantalón corto. ¡Nos imaginamos que hasta deberá re-ingresar a la escuela para preguntar si alguien las encontró y las dejó en la recepción!
Un día tremendo en la guardería
El cartel que la misma niña había colaborado en fabricar para que la imagen retrate que atravesaba su primer día en la guardería es lo más alegre de toda la jornada junto a su mueca de sonrisa en las escaleras de la casa.
Horas más tarde, ella no esperaría que el día le demandaría tanta energía a tal punto que sólo quiso agarrar su manta y acostarse en el sillón de su hogar al volver.
¡Por lo menos mantiene la sonrisa!
Si existe un aspecto positivo que demuestra esta niña a diferencia de todos los casos anteriores es que no importa lo duro que haya sido su primer día en el jardín, lo que importa es mantener la actitud positiva con una sonrisa en el rostro.
Puede que esta niña haya aprendido una gran lección, que los días malos, por más malos que sean, en algún momento acaban y comienza lo bueno, por eso su sonrisa.
Un portal negro hacia un mal día
El cartel que prepararon en el jardín para recibir a los niños no podría haber sido de un mejor color que el que eligieron los profesores, un negro para reflejar el mal día por el cual pasarían los recién ingresados.
Por si quedaban dudas del lugar terrorífico que visitaron estos niños con sillas, mesas y un profesor adulto que los bombardeaba con conocimientos, es el pelo desalineado de la niña y una expresión de simplemente no querer más.
¡Cuando el viernes está por terminar!
Esta expresión de júbilo, alegría y emoción que este estudiante de campera azul le demostró a sus familiares al salir de la escuela un viernes es la de saber que podrá volver a su hogar y por lo menos durante un día hacer lo que él quiera.
Sí seguro que deberá hacer tareas pero no en ese momento, ya no, podrá correr por el jardín de su hogar, jugar con su mascota y hasta ver un poco más de televisión sabiendo que al día siguiente no se despertará temprano.
¡Enojado con la vida!
Este niño está vestido de manera muy correcta para la ocasión. Es su primer día de guardería y se luce con su camisa a rayas y una remera debajo de ésta, pero por más que intenten ocultarlo, él sabe lo que le espera cuando sus padres se vayan.
Él ya sabe por algún hermano mayor, por un primo más grande o porque simplemente lo ve venir, que deberá quedarse durante horas en un lugar desconocido aprendiendo y lejos de sus juegos hogareños. ¡Un muy mal día para él!
¡Así es como ha de tomarse la escuela!
Esta niña es el ejemplo perfecto de lo que hay que hacer cuando la vida te presenta una desviación en tu cotidianidad. Ella, sin importar lo que haya vivido, mantiene una sonrisa y una actitud de nada puede conmigo, a pesar de su corta edad.
Los padres de esta jovencita deberán de estar orgullosos, a pesar de que aparentemente perdieron un par de zapatillas, pero su niña ganó mucha confianza y se repuso a días de trabajo durante todo un año.